La Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) continúa su proceso de adaptación al modelo educativo establecido por la LOMLOE. Tras la reforma aplicada en la convocatoria de 2025, la PAU 2026 mantiene y consolida este nuevo enfoque, con un modelo más competencial y con criterios comunes entre comunidades autónomas.
Aunque no se trata de una reforma completa, la convocatoria de 2026 introduce ajustes que refuerzan la coherencia del sistema y la forma de evaluar al alumnado, poniendo el foco en la aplicación práctica de los conocimientos y en la capacidad de razonamiento.
Un modelo continuista con enfoque competencial
La PAU 2026 sigue la línea iniciada en 2025 y se caracteriza por:
- La evaluación de competencias por encima de la mera memorización de contenidos.
- Una mayor homogeneidad en la estructura de los exámenes entre comunidades autónomas, aunque sin un examen único estatal.
- Una reducción de la optatividad interna en las pruebas.
- Una duración de 90 minutos por examen.
- Criterios de corrección más unificados, especialmente en lo relativo a la expresión escrita y la coherencia de las respuestas.
Este modelo responde a las orientaciones marcadas por la CRUE y busca una evaluación más alineada con las exigencias de los estudios universitarios.
Estructura de la PAU 2026
La prueba mantiene la división en dos fases: fase de acceso y fase de admisión.
Fase de acceso (obligatoria)
El alumnado debe examinarse de las siguientes materias:
- Lengua Castellana y Literatura II
- Lengua Extranjera II
- Historia de España o Historia de la Filosofía
- Una materia obligatoria de modalidad, en función del itinerario cursado en Bachillerato
En las comunidades autónomas con lengua cooficial, se añade la prueba de Lengua Cooficial y Literatura II.
Esta fase es la que determina la nota base de acceso a la universidad.
Fase de admisión (voluntaria)
La fase de admisión permite mejorar la nota hasta un máximo de 4 puntos.
El estudiantado puede presentarse a un máximo de cuatro materias adicionales, seleccionadas en función de las ponderaciones establecidas por las universidades para cada grado.
Una elección adecuada de estas materias puede ser determinante para acceder a titulaciones con una nota de corte elevada.
Formato de los exámenes
Los exámenes de la PAU 2026 combinan distintos tipos de preguntas:
- Preguntas cerradas (tipo test), con un peso máximo del 30 % de la calificación.
- Preguntas semiabiertas y abiertas, orientadas al razonamiento, la interpretación y la aplicación práctica.
- Menor posibilidad de elección entre preguntas, lo que obliga a una preparación más completa del temario.
En cuanto a la corrección:
- La presentación, la coherencia y la corrección lingüística tendrán un peso mínimo del 10 % en la nota final.
- En las materias lingüísticas, las faltas de ortografía pueden penalizar hasta un máximo de 2 puntos.
Evaluación basada en competencias
La PAU 2026 refuerza claramente el enfoque competencial. Las pruebas plantean situaciones contextualizadas y problemas prácticos que requieren que el alumnado:
- Analice la información proporcionada.
- Relacione conceptos.
- Argumente y exprese sus ideas de forma clara y estructurada.
Este tipo de evaluación pretende medir habilidades clave para el acceso y el rendimiento en la universidad.
Aspectos prácticos a tener en cuenta
- Cada examen tiene una duración de 90 minutos.
- Se establecen descansos entre pruebas.
- El uso de material auxiliar (calculadora, diccionario, etc.) depende de la materia.
- En las comunidades con lengua cooficial, las pruebas correspondientes se realizan en dicho idioma.
La PAU 2026 consolida el modelo introducido en 2025, con una Selectividad más competencial, una estructura más homogénea y criterios de corrección más claros. Aunque no existe un examen único para todo el Estado, sí se avanza hacia una mayor coordinación entre comunidades autónomas, facilitando una evaluación más equitativa del alumnado.








